LOS COLEGIOS PROFESIONALES Y EL CHANTAJE OFICIAL
Estos organismos chantajean a los profesionales para dejarlos ejercer su profesión siempre que estén al día con sus pagos. Nadie dice absolutamente nada de estas extorsiones. Curiosamente gozan del apoyo de la ley. ¿Cuál es el derecho? Por lo menos yo, no lo entiendo.
En Argentina ocurren cosas extrañas. Está prohibido obligar a los trabajadores a pertenecer a un sindicato, pero en cambio se les obliga pertenecer a un Colegio profesional. Que alguien me explique la diferencia del derecho. Los colegios profesionales son creados a la fuerza por una ley que solo beneficia a un pequeño grupo de personajes, cuya organización se parece mucho a una mafia. Tal vez algunos pocos colegios gocen de la institucionalidad que los haga representativos del gremio, como el de Médicos y Abogados. Pero el resto de las profesiones tienen colegios que más parecen pequeños organismos mafiosos.
En términos concretos y reales, un colegio profesional no sirve absolutamente para nada. No sirven, como muchos creen, para garantizar la calidad de los profesionales. Eso no es verdad. Los únicos que garantizan la calidad de los profesionales son los Institutos de donde egresan. Como la mayoría de los organismos burocráticos, los colegios profesionales solo sirven para sí mismos, es decir, para enriquecer personas a costa de sus asociados. En una suerte de chantaje legalizado. Si los profesionales no pagamos estamos "fuera de la ley". Es decir, no podemos actuar como los profesionales que somos. ¡Y este chantaje es legal!
Solo los periodistas tienen la libertad de afiliación voluntaria a su colegio profesional, y no son amenazados ni denunciados por no estar al día en sus pagos al Colegio. Esto es gracias a que ellos tienen los medios de expresión a su disposición y pueden emitir sus juicios y crear debate. Con ello impiden los intentos de los burócratas de sujetarlos a una entidad insensible. Pero los demás profesionales somos sorprendidos entre gallos y media noche por una ley mafiosa que los profesionales no han pedido ni ha aprobado, y que es le fruto de un conspiración interesada y fraudulenta, y de una mentalidad mediocre y burocratizada.
Los profesionales que no somos periodistas no tenemos medios para defendernos de las arbitrariedades que se cometen con la ley en la mano. No podemos pedir una consulta entre los profesionales para decidir si queremos o no un Colegio. Ni siquiera podemos ignorarlos y dejar de pagar. No podemos hacer nada más que someternos al chantaje. O pagamos o nos cortan la libertad de trabajar. ¿Porqué tiene que ser así? ¿Qué derecho les asiste a estos mafiosos y zánganos? ¿Qué proporcionan estos colegios para pagarles? Hasta donde me consta, el Colegio es un feudo disputado por dos o tres mafias que se amenazan y se matan entre si, para tomar el control del Colegio cada dos años, y mejorar sus ingresos. Más allá de eso no hacen nada, salvo negocios propios.
No creo que haya un miembro del Congreso o candidato a Diputado o Senador que se atreva a ventilar este problema y mucho menos a tratar de resolverlo. Todos están enfrascados ofreciendo estupideces como un "La ley del Emprendedor" o una "Ley del trabajo en el domicilio". Es decir, esperar que un candidato al Congreso plantee solucionar este problema de miles de profesionales, es como pedirle a las aguas del rió Paraná, corran en sentido contrario. Estos pobres hombres todavía siguen creyendo que la solución para este mundo son más leyes y más entidades. Ojalá algún candidato al congreso plantee liberar a los profesionales de estas mafias. Por lo menos deberían establecer que la colegiatura sea voluntaria y que no se permita el chantaje sobre el ejercicio profesional. Eso es ilícito.
Los políticos y los Argentinos en general, deberían entender que la institucionalidad no se logra por la fuerza de una ley chantajista. Estamos cansados de las leyes que nos obligan a ejercer un derecho. Los derechos no se deben obligar. Hay que agregar a la Constitución que el Estado no puede hacer leyes que obliguen a los ciudadanos a ejercer un derecho. Hay que empezar a respetar al ciudadano, su libertad y decisión.
Prof. Luis Corrao